Aprendí
que un tropezón no es caída. Que todo en la vida vuelve. Que no hay mal que por bien no venga. Que con voluntad y esfuerzo todo resulta más fácil. Que lo más valioso de la vida es la familia, y los amigos de verdad. Que no se llora a quien no te valora. Que por más tropezón, caída, obstác*lo o barrera que se interponga en el camino, el objetivo es levantar la cabeza y SEGUIR ADELANTE.