Me rindo y no por que no quiera seguirlo intentando, si no porque dejarlo atrás es lo único sensato, ya no seguiré cuidando tus pasos, ya no procuraré dar realidad a tu fallido interes y créeme te lo digo intente lo que quiza nadie intento contigo lo inimaginable y no lo logre, me rindo, mis fuerzas me abandonan, pero aunque me voy con el alma rota y quiza nunca te enteres, me voy con lágrimas de felicidad al saber que di una batalla sanguinaria para lograr ganarte. Es valiente el que sabe rendirse cuando no queda ya nada más que dar vuelta e irse.